Cómo trabajan la lectura en el aula
Este año estoy realizando mis
prácticas en el Colegio Gredos San Diego Las Rozas, y aunque trabajo con varios
cursos en el que más estoy es en cuarto de primaria, por lo que el desarrollo
de esta actividad lo centraré mayoritariamente en este curso.
En primer lugar diré que todos los niños de tercero, cuarto, quinto y
sexto deben tener algún libro de lectura en la mesa. Este libro puede ser el
que ellos elijan, es decir, no se trata de leer la lectura obligatoria de ese
trimestre, sino más bien que aprendan a disfrutar de la lectura de un tema que
a ellos les guste. De este modo los niños pueden leer en cualquier momento en
el que no se esté haciendo una actividad de clase, cuando no estén atendiendo a
una explicación del maestro o haciendo deberes, por lo tanto, pueden leer entre
los cambios de clase o cuando terminan de hacer algún ejercicio o examen.
Después de estar un par de semanas observando el funcionamiento de las
clases, creo que este método es bastante efectivo, ya que la mayoría de los
niños leen sin que los profesores se lo tengan que decir, e incluso hay alguno
que ya ha leído más de un libro desde que yo empecé las prácticas en el
colegio.
Además existe en las aulas existe una pequeña “biblioteca de aula” donde
hay libros de lectura y los niños pueden recurrir a ella cuando hayan terminado
su libro y no tengan lo que leer. Los libros que se pueden encontrar en ella,
en la mayoría de los casos, los ha facilitado el tutor de cada clase.
Como he dicho anteriormente, ahora me voy a centrar en el cuarto curso
de primaria, en este curso se realiza un proyecto en relación a la lectura
llamado “El libro viajero”, y a continuación procederé a su explicación.
En primer lugar tengo que explicar cómo se organizan las clases de
Lengua castellana. En total hay cuatro grupos formados por los niños de tres
clases diferentes de cuarto, lo que hace que cada profesor esté con un grupo
más pequeño que si diera clase a una clase entera, y esto facilita el
desarrollo de la misma. Pues bien, todos los profesores que imparten la
asignatura de lengua tienen un catálogo de libros clasificados por curso y por
categorías o temas tratados, y una vez lo tienen se lo muestran a su grupo de
niños, dándoles la opción de que cada clase o grupo elija el que más le llama
la atención. El objetivo es que cada uno de los grupos elija un libro de
lectura diferente, ya que el paso siguiente a leer el libro debe ir rotando de
un grupo a otro.
Por ejemplo, el grupo de lengua con el que estoy yo ha elegido leer
“El colegio más raro del mundo” de Pablo Aranda, y cuando todos los niños de mi
clase se lo hayan leído se lo cederán a un niño de alguno de los otros grupos,
y seguirán así hasta que los niños de todos los grupos hayan leído los cuatro
libros que se habían elegido al principio.
La verdad es que cuando mi tutor
me comentó la idea me llamó bastante la atención ya que yo nunca tuve la opción
de elegir los libros de lectura obligatorios, pero sobretodo me parece una
buena idea, en primer lugar porque es mucho más fácil que un niño lea algo que
él mismo ha elegido, y en segundo porque al pasárselo unos a otros pueden
motivarse entre ellos, es decir, decirles los motivos por los que les ha
gustado un libro.
Sin embargo, esto solo se hace a
partir de cuarto, ya que los niños de tercero trabajan la lectura de otra
manera. En primer lugar, tienen un libro de texto en el que aparecen textos en
prosa, poesía y teatro, y cada uno de esos textos va acompañado de actividades
de comprensión lectora. Y por otra parte tienen un proyecto llamado “Lectura
eficaz”, y con el que deben leer un libro ya elegido por el maestro o por los
profesores responsables de la asignatura, en este caso el libro con el que
tienen que trabajar es “El gigante que se leyó El Quijote”.
En general, y teniendo en cuenta
como se trabajaba la lectura cuando yo estaba en primaria, creo que se trabaja
bastante bien el tema del desarrollo lector, ya que la mayoría de los niños
muestran bastante interés a la hora de leer.
Muy buena reflexión. Te la anoto como tarea voluntaria.
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